Este hotel fue diseñado por Tom Wright para parecerse a un bote de vela árabe o «dhow´´. Se sitúa en una isla artificial a 274,3 m de la costa de Dubai en los EAU (Emiratos Árabes Unidos).
Los hoteles suelen clasificarse hasta un máximo de cinco estrellas, aunque a algunos se les ha otorgado seis. El Burj Al Arab va más allá, considerándose el único hotel de siete estrellas del mundo. El helipuerto que sobresale a 152 m de altura sobre el suelo se convirtió en la cancha de tenis más alta del mundo cuando tenistas como Roger Federer y André Agassi jugaron un partido ahí.
El hotel posee un restaurante de pescado y marisco construido alrededor de un acuario lleno de tiburones. Hay que tomar una especie de submarino para llegar al restaurante.
El vestíbulo de la entrada, de casi 180 m de altura, es el más grande del mundo. El hotel solo tiene 202 habitaciones, mucho menos que la mayoría de los más grandes, pero estas son enormes. La mayor tiene una superficie de 2560 m cuadrados, casi como tres canchas de tenis. El hotel está decorado con la más fina hoja de oro, marmol, cristal y granito.
El hotel posee piscinas lujosas, cubiertas y al aire libre, y hasta una playa propia.